Buenas tardes y gracias por la invitación a las concejalas y concejales. Esperamos que este espacio de conversación nos abra las posibilidades a las agremiaciones y grupos que estamos aquí exponiendo ideas y haciendo propuestas.
Bogotá es una ciudad cultural, pero sobre todo es una ciudad de teatro, de teatro independiente. Y los grupos de teatro, la mayoría de ellos, no cuentan con sala. Así como nosotros, junto a Fabio Rubiano, que pasamos 33 años siendo un grupo itinerante, girando por diferentes teatros del país y de la ciudad para poder mostrar nuestro trabajo, hay muchos grupos actualmente en la misma situación.
Durante la pandemia y la cuarentena, hemos mantenido la moral de la gente en alto, ayudándola a pasar este encierro con tranquilidad y con entretenimiento, creando nuevas formas de comunicarnos, y nuevos contenidos; creamos un podcast, videos, zoom, venta de libros, talleres online, asesoramos grupos en el Urabá y en otras zonas del país, hacemos máster clases en tono académico y falsas máster clases, en tono de comedia. Este 3 septiembre comenzamos funciones online de nuestros clásicos.
Pero no solo nos hemos dedicado a eso, en los últimos 5 meses también hemos estado desarrollando la manera de volver, de manera segura, sin afectar al público, cuidándolo y esperando el momento en el que nos permitan hacer parte de la reapertura.
La resolución del Ministerio de salud y su anexo técnico, celebrado por medios de comunicación y público en general en días pasados, nos deja maniatados, no nos da una posibilidad real de abrir y hacer parte de la reactivación económica. En su punto 6 nos pide dejar dos sillas vacías entre cada asistente y entre cada fila ocupada, una fila vacía. Esto nos obliga a tener solo el 16,5% de ocupación por función en nuestro teatro. Y no existe actualmente un espectáculo que se sostenga con ese punto de equilibrio en el mundo. Les voy a dar un ejemplo: En un teatro grande, digamos de 1800 sillas, la ocupación sería de 297 a 300 sillas. Es un ejercicio inviable, ni siquiera alcanzaría a pagarse el alcohol glicerinado que requieren los protocolos.
Ahora, en un teatro de 120 personas, como el nuestro, entrarían 20 personas por función. Y en un teatro de 40 personas, podrían entrar 6 o 7 personas .
Estamos muy agradecidos que, dentro del plan Marshall se haga un descuento del 100% por dos años de predial y del 50% en los años siguientes hasta 2030, pero eso no es suficiente para nuestro gremio. No están ofreciendo una solución para la situación actual de los grupos de teatro y de las salas de Bogotá.
Nuestra propuesta, es que nos permitan mostrar nuestro plan piloto desarrollado exclusivamente para salas independientes, pequeñas y medianas, que permitiría alojar no al 16% del aforo, sino el 50 o 60% manteniendo los cuidados necesarios para estos tiempos de pandemia.
A pesar de tener actualmente un 10% de nuestros ingresos normales en estos 6 meses, nosotros hemos decidido apostarle, con nuestra creatividad, a crear un plan que nos permita seguir adelante, no solo ahora, sino en los años que vienen, que no va a ser fácil.
Los apoyos económicos de Ministerio e Idartes son apoyos de salas concertadas que ya estaban estipulados en el presupuesto de este año para Bogotá y con o sin pandemia, íbamos a intentar acceder a dichos apoyos. Eso no cambia que las necesidades del gremio cambiaron y el gobierno distrital y nacional tienen que presentar opciones para esto.
Hasta el momento, hemos mantenido la nómina de nuestros empleados acudiendo a préstamos como Fundación y a préstamos personales, estamos arriesgando todo por nuestro grupo, como hace 35 años, pero solos no vamos a poder.